lunes, 5 de diciembre de 2016

Perjuicios del Mycobacterium tuberculosis en el sistema urinario

Sistema urinario

El Mycobacterium tuberculosis llega a los órganos genitourinarios (del sistema urinario y reproductor) por vía hematógena y el sistema circulatorio (vasos sanguíneos) desde los pulmones y representa el 15% de todos los casos de tuberculosis extrapulmonar. Una vez producida la primera infección (en los pulmones por lo general) en el 90% de los casos la respuesta inmunitaria que se desencadena es suficiente para evitar el desarrollo de la enfermedad; los bacilos permanecen en estado latente en pequeños focos (como se explico en el sistema respiratorio). Sin embargo en el otro 10% de casos la afección progresa a enfermedad y se producen manifestaciones clínicas. 




En el aparato genitourinario, el riñón, el epidídimo y la próstata son los sitios iniciales en los que se origina y se aloja la bacteria.

La tuberculosis renal genera la lenta destrucción de corteza y medula renal, cuando existe reinfección o reactivación los granulomas (masa esférica de células inmunes que se forma cuando el sistema inmunológico intenta aislar sustancias extrañas que ha sido incapaz de eliminar) crecen y coalecen hacia la nefrona, dando signos tempranos en la urografía (la exploración y el estudio de diversas secciones de las vías urinarias para detectar alteraciones en la secreción urinaria). Los bacilos generalmente se encuentran en la región cortico-medular en forma de granulomas y cuando el individuo es afectado inmunológicamente el bacilo se reactiva resultando en una diseminación dentro de la médula, causando una papilitis. 













La enfermedad progresa lentamente y resulta en una necrosis extensa de la papila; la necrosis (muerte del tejido) de las papilas renales puede hacer que el riñón sea incapaz de concentrar la orina. También resultar formándose francas cavidades con abscesos y provocar destrucción del parénquima renal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario